Hay un poso, por leve que sea, de interés por que las cosas salgan.
Por que lleguen resultados que en su momento tuvieron importancia, alguna, circustancial, que supusieron una opción, un camino abierto.
Quién sabe si una solución a largo plazo.
Dos peticiones que no llegaban a ser respondidas.
La primera, lo ha sido hoy, cuando ya dejaba de ser siquiera deseada.
El único aliciente que le restaba era ver si llegaría a tiempo, o incluso si llegaría.
Su resolución ha provocado, en principio, una alteración del ánimo, un freno a la caida y una nueva visión de las siguientes semanas, con necesidad de cambios en los hábitos de cada día.
Necesidad de cambio.
La segunda respuesta está aun por llegar.
En cualquier sentido, me permitirá tomar decisiones sin condicionantes externos, que no dependan de mi.
Puede producir, si es positiva, algun beneficio. Pero no hará que mejore mi estado de ánimo.
En el fondo será el mismo, porque todo va a seguir igual.
Todo lo que importa.
Tengo que salir por mi mismo a la superficie.
Y algo ganaré si nada me ata.
Salir cuanto antes y romper ataduras.
Cada vez cuesta más retomar la situación.
Que ya no va a ser la misma, nunca podrá ser la misma.
Ni con los unos, ni con los otros.
Sé que ninguno de ellos lo comprenderá realmente, que no se lo tomarán muy bien, aunque callen.
Pero las cosas han cambiado tanto…
No soporto bien las situaciones forzadas.
Y no estoy para aguantar las frustraciones de nadie.
Cada dia me cuesta más apreciar buenas intenciones, cuando la realidad me está mostrando, a su tiempo, un trasfondo mal disimulado.
He pasado por malas fechas y se acecan las peores.
¿Cómo voy a superarlas?